thePencil.org as vezes no silêncio da noite
viernes, 13 de abril de 2007
Jalaz

Tanto tiempo perdido dedicado a pensar en si fui o no importante. Siempre volvía el tema recurrente entre mis amigas, preguntándonos si servía de algo saber la importancia que tuvimos en sus vidas, si de algo valieron tantos momentos compartidos, tantas historias juntos, tantos intentos, tantos emocionantes o desastrosos reencuentros.

Creo que cualquier mujer necesita reafirmarse sabiendo que nada fue en vano.

Pero parece que esto es una completa estupidez. Una idea ilusa que no sirve nada más que para decirle a una parte de tu ego que se quede tranquilo porque “sí, fuiste alguien importante en su vida”.

Qué huevada más tonta! Me siento una pendeja bien básica al reconocer que también me complacía ese consuelo. Será que es la máxima expresión de desesperación cuando no hay nada más que nos convenza de que no estuvimos 1 o más años perdiendo el tiempo?

El caso es que ya me cayó la teja. Todo lo que no quería admitir (para no reconocer mis esfuerzos inútiles) se vino de golpe contra mí y me remeció peor que un temblor grado 7 en Arica.

No sólo se me movió el piso, sino que también el mundo completo y hasta parece que se me olvidó que algo quedaba de cariño.

Vi lo que siempre estuvo ante mis ojos, pero que ciegamente encubría con bonitas palabras.

Ingenuidad quizá. Otro tanto de masoquismo.

No sé

De qué puede servirle a este muerto con el que cargo todos los símbolos de importancia falsa que coleccioné por meses?

Es claro. Mientras compartes tus mañanas de domingo después de un sábado de carrete pesado, tus risas absurdas con películas vistas 3 ó 4 veces, las manos conocidas en el cine apretándose para retener el nerviosismo, tus comidas favoritas, tus paseos por donde caminaste mil veces y un montón de cosas más te das cuenta que ahí mismo no importas.

Pasar a la historia en la vida de alguien no sirve de nada si jamás hubo un presente que te hizo sentir la importancia de esas horas compartidas.

No son más que autoengaños manejados por tus sentimientos frágiles.

Ahora no se trata de desconfiar de cualquier síndrome de enamoramiento. No, no es eso. Es dejar de creerle a alguien cuando te dice “has sido la persona más importante en mi vida, la que más he querido” y luego te abandona. Cuando en verdad, tiene frente a él el momento para vivirlo todo y convertir a la persona en tu presente, y eso es mucho más fácil y sincero que cualquier promesa de amistad o cariño.

Las demás son patrañas.

Me resulta muy locuaz entonces aquel refrán que bien dice “quien se acuesta con niños amanece mojado”. Me moje con mis propias lágrimas mucho tiempo. Me convenzo más de que nací en una generación equivocada, pero siempre hay muy buenas excepciones.

Y en este intento desesperado que tenía de soltar todas las amarras y desaparecer, me encontré de nuevo y vi lo patético que resultaba. Entonces fue más simple. Corté las amarras y no desaparecí, sino que ya no estoy para ti ni tu para mí.

Este es mi presente y no otro.

No tengo interés de hacer una lista con las personas más “importantes” que han sido mis compañeros. Tengo compañeros ahora y es en este momento que quiero demostrarles cuán importantes son.

Ese ejemplo de la propiedad privada del que hablábamos de madrugada viene justo ahora, para demostrar que en realidad no sirve de nada sentirte dueño de algo, cuando en verdad no es tuyo, cuando es de todos, pero tu tienes la gracia de poder sentirte parte de él y transformar muchas cosas. Cuando intentas poner tu firma y tu nombre, para que sea parte de tu patrimonio, pierde de inmediato la gracia que tenía: Ser tuya en libertad. Por opción.

No sé equivocó Silvio cuando dijo que los amores cobardes no llegan ni a amores ni a historias.

En este caso no llegó ni a amistad.
 
posted by Nita Mussa at 15:36 | Permalink | 5 comments